Cuando descubrí la consulta filosófica y empecé a formarme tenía claro que por mucha teoría que supiese, el método requería habilidades que solo dominaría practicando y teniendo yo misma la experiencia, tanto de consultora como de consultante.
¿Y qué hace uno cuando está aprendiendo y necesita conejillos de indias? Reclutar a sus familiares y amigos. Sigue leyendo